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La crisis del Real Madrid ha impulsado a los dirigentes del club blanco a tomar medidas drásticas para evitar la hemorragia. Con el 7-1 al Deportivo de la Coruña, la herida sigue abierta, pero ya mana menos sangre. Eso, sangre, se dejó sobre el césped Cristiano Ronaldo. Se abrió una brecha en la cara tras marcar su segundo gol de la tarde ante los gallegos. El luso no celebró los goles (ni los de su equipo), pero mostró una mejoría en su juego. En el Bernabéu no creen que sea casualidad. Algo habrá tenido que ver su cena secreta con Sergio Ramos, ésa que fomentó el presidente, Florentino Pérez.