Noticias de Divisas
El euro suma su peor racha de caídas diarias consecutivas de toda la pandemia, ocho sesiones, en su cruce con el dólar, hasta hundirse en mínimos del año. La moneda común se intercambia por algunos centavos más de 1,17 dólares y se deprecia ya cerca de un 5% desde máximos del año, los 1,23 que alcanzó en enero.
Las grandes potencias de la historia suelen coincidir en algo: el tamaño. Un mercado voluminoso puede no ser garantía de dominio en otros ámbitos, pero es indudable que ayuda (tal vez más que cualquier otro factor aislado). Esto valió para Estados Unidos, y ahora vale para China. Además de ser una importante potencia económica y comercial, China se está convirtiendo cada vez más (en forma inexorable) en una potencia financiera global.
La previsión de beneficio para 2021 de las grandes empresas españolas con más negocio en dólares ha aumentado un 24% desde junio, coincidiendo con el avance de la vacunación, la aceleración de la recuperación y la subida de las materias primas, pero también con la depreciación del euro ante un billete verde apoyado por la expectativa de retirada de estímulos en EEUU por parte de la Fed.
Las incertidumbres vuelven a arreciar en los mercados financieros: aumenta el miedo a una desaceleración de la recuperación económica, empezando en China, justo cuando se apunta a una retirada de estímulos en Estados Unidos (el tapering de la Reserva Federal) inminente. Y el dinero huye al dólar, sobre todo a los activos refugio denominados en él, principalmente la deuda de la primera potencial mundial.
Desde los mínimos de julio cuando el bitcoin perdió la barrera psicológica de los 30.000 dólares, la moneda digital más famosa se ha marcado un rally del 70% llegando a superar hoy los 50.000 dólares, una barrera que no alcanzaba desde el pasado mes de mayo. La aceptación para las transacciones por parte de PayPal está detrás del último impulso.
El Salvador se ha convertido este martes en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, con el objetivo de reducir los costes en los envíos de remesas, atraer inversión extranjera e impulsar el consumo interno.
El dinero que acudido a la deuda de EEUU, y por tanto al dólar, en busca de refugio, ante la crisis de Evergrande en China y las presiones inflacionarias que aceleran la expectativa de un incremento de los tipos de interés oficiales, no ha conseguido mover a la divisa norteamericana de entre los 6,4 y los 6,5 yuanes.
Hasta ahora, parece que los inversores van a ser capaces de convivir con el riesgo del tapering; también en los emergentes. De hecho, la calma en los mercados respecto a la retirada de estímulos puede incluso terminar haciendo que algunas divisas de países emergentes sean atractivas a corto plazo.
En un país normal, los tiempos difíciles para la economía suelen lastrar a las monedas. Pero Corea del Norte no es un país normal, ni siquiera en esa regla básica. En los últimos meses, el histórico cerrojazo económico que vive el país ha provocado un efecto inesperado y que desafía cualquier lógica: el won norcoreano está disparando su valor.
La publicación del último dato trimestral de crecimiento económico de China ha generado -como se esperaba- reacciones en todos los ámbitos, incluido en el mercado de divisas.
La escalada actual de la inflación y, concretamente, el fuerte incremento del gas y de otras materias primas atentan por primera vez en años contra uno de los factores que han sostenido a la moneda común: la balanza por cuenta corriente favorable de la eurozona, al encarecerse las importaciones.
El comercio internacional de China creció un 17,8% interanual en el mes de octubre, según datos oficiales publicados hoy.
El último pico de la inflación en Estados Unidos ha hundido al euro en mínimos de julio de 2020 en su cruce con el dólar. La moneda común pierde ya un 7%, hasta los 1,14 dólares, desde los 1,23 en los que hizo máximos de la crisis del Covid a principios de enero, un nivel no visto desde 2018.
El último pico de la inflación en Estados Unidos ha hundido al euro en mínimos de julio de 2020 en su cruce con el dólar. La moneda común pierde ya algo más de un 8%, y cotiza en los 1,13 dólares, desde los 1,23 en los que hizo máximos de la crisis del Covid a principios de enero, un nivel que no se veía desde abril de 2018.
El euro perdió este miércoles los 1,12 dólares y se dirige al cruce mínimo con el billete verde de la pandemia, los 1,06 dólares del 20 de marzo de 2020. El riesgo de caída es del 5%, según viene advirtiendo Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, "si la cesión del soporte de los 1,12 dólares se confirma al cierre semanal".
La caída del euro en lo que va de año añade cerca de 8 puntos porcentuales a las inversiones en Wall Street y en otros activos denominados en dólares y encarece las importaciones, por ejemplo de petróleo o de otras materias primas.
El Banco de Turquía (CBRT) se ha visto obligado a intervenir en el mercado de divisas ante el nuevo desplome de la divisas. Por primera vez en siete años la entidad se desprende de divisa extranjera. La lira ha llegado a subir hasta un 7% pero ha caído en una gran volatilidad. Las caídas previas se han producido por las declaraciones de Tayyip Erdogan. El presidente ha prometido más recortes en los tipos de interés.
Una de las principales conclusiones de la novena edición de la conferencia anual de Morningstar en España es que la renta variable sigue teniendo "tirón" para el próximo año, aunque con una mayor volatilidad de los mercados debido a la preocupación por la inflación que se ha instalado entre los inversores.
Flywire ha cumplido seis meses en la bolsa neoyorquina como uno de los dos unicornios españoles que han elegido Wall Street para convertirse en compañías cotizadas. La firma, de origen valenciano, capitaliza ya más de 4.200 millones de dólares en el Nasdaq. Su negocio está basado en la gestión más ágil y eficaz de pagos internacionales, principalmente en el mundo educativo (como las grandes universidades) que ahora también se extiende a otros sectores como el de viajes y el sanitario.
En los últimos años, entre Estados Unidos y China ha habido una guerra de divisas tapada, que ha pasado por momentos de más o menos tensión, pero que ha sido una constante por el efecto que tiene la moneda en los intercambios comerciales entre las dos grandes potencias mundiales.
La inflación "no ha desaparecido" y "no es algo que vaya a dejarnos el año que viene". Así de tajante se mostró Alessandro Tentori, director de inversiones (o CIO) de la gestora AXA IM en Italia, en su entrevista telemática del pasado viernes con elEconomista.es. Esto es, solo un día después de que tuviera lugar la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) del año, así como de otras grandes entidades monetarias.
La lira turca ha vivido enormes vaivenes a lo largo de las últimas semanas, llegando a encadenar mínimos históricos tras mínimos ante la incertidumbre económica y monetaria en el país euroasiático. Y es que en el actual momento de elevada inflación (superior al 21% en noviembre), el banco central turco, bajo la presión del Gobierno y en contra de la 'lógica económica', ha recortado los tipos de interés en cuatro ocasiones desde septiembre. Ahora, sin embargo, el regulador bancario de Turquía 'busca culpables' de la depreciación de la divisa denunciando a más de 20 personas y distintas cuentas de la red social Twitter.